martes, agosto 4

00:05 Plauto

"Ojalá pierdan los dioses a quien trajo a este lugar ese reloj que a mí, pobre infeliz, me acorta el día dividiéndolo en pedazos. Cuando yo era un muchacho, mis tripas me servían de reloj: eran el mejor y más exacto. En todos los lugares me advertían que era llegada la hora de comer, si es que había comida. Pero ahora, si no le agrada al Sol, no se come ni siquiera la comida que hay."
Plauto. (254-184 a.C)

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