nigella, "atardecer" (óleo sobre madera)
"Como puntos cardinales se ofrecían entonces el amanecer, el mediodía y el atardecer. La posición del Sol determinaba también la dimensión de la sombra. Si queremos comparar ese movimiento con el de nuestros relojes, habremos de ver la Tierra como una esfera de reloj y la sombra como una aguja o manecilla -una manecilla que no sólo gira, sino que también se alarga y se acorta-. Lo primero que los hombres aprendieron a estimar fue esta segunda circunstancia. La sombra de un monte, de un árbol, que llegaba hasta este o aquel punto les proporcionaba medidas de tiempo. Los seres humanos estaban familiarizados ante todo con su propia sombra, que podían observar continuamente."
Ernst Jünguer
viernes, agosto 7
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario