XXI
Daba el reloj las doce... y eran doce
golpes de azada en tierra...
...¡Mi hora! -grité-. ...El silencio
me respondió: -No temas;
tú no verás caer la última gota
que en la clepsidra tiembla.
Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera.
A. Machado.
Daba el reloj las doce... y eran doce
golpes de azada en tierra...
...¡Mi hora! -grité-. ...El silencio
me respondió: -No temas;
tú no verás caer la última gota
que en la clepsidra tiembla.
Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera.
A. Machado.
1 comentario:
Oh , qué bello !
El poema y tu blog . El dibujo de cabecera , la prolija e interesante diagramación ! Pero...cómo saber que estabas pergeñando esto ?
Hay que difundirlo más , vale la pena !
Un cariño y ya me doy un pasíto por aquí.
Yeats!
Ele.-
Publicar un comentario