"Diráme vuestra merced que cómo dura alguna vez tantas horas el arrobamiento, y muchas veces. Lo que pasa por mí es que, como dije en la oración pasada, gózase con intervalos. Muchas veces se engolfa el alma o la engolfa el Señor en sí, por mejor decir, y teniéndola así un poco, quédase con sola la voluntad. Paréceme este bullicio de estotras dos potencias como el que tiene una lengüecilla de estos relojes de Sol, que nunca para; mas cuando el Sol de justicia quiere, hácelas detener."
“Libro de la Vida” (1561-1565)
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